Cuando nos referimos al sueño y a dormir profundamente, es muy importante poder contar con una almohada con la que estés cómodo/a con ella y te permita el un correcto descanso. Es cierto también, que cada persona es diferente a la hora de dormir, y todos tenemos unas necesidades distintas y concretas.
En muchas personas la almohada es una parte fundamental para poder descansar bien, además de que también puede mejorar y ayudar a adoptar una buena postura a la hora de dormir. De esta manera, no solo podrás descansar mejor sino que también evitarás posibles problemas que pueden acabar siendo graves.
Según muchos estudios que se han realizado, el objetivo que hay al escoger una almohada es que mantenga la cabeza en una posición neutral. Esto es, que la cabeza descanse encima de los hombros y que no quede demasiado atrás ni muy por delante. La almohada óptima, obviamente será con la que nos encontremos más agusto y la que se adapte mejor a nuestra manera de dormir.
En el caso de que duermas boca abajo, la almohada tiene que ser muy fina para poder aliviar la tensión en el cuello. Esta postura provoca muchas tensiones en la zona cervical, ya que nos obliga a girar el cuello. Al dormir boca arriba, es recomendable una almohada de espuma visco elástica o una con una base más gruesa y más delgada para poder mantener el cuello alineado. Si duerme de lado, la almohada debe ser firme con una profundidad adicional que le ayude a sostener la cabeza y guardar la distancia entre la oreja y hombro.
Si nuestra forma de dormir es boca arriba, es recomendable que pongamos una almohada debajo de las rodillas, para así apoyar la curva natural de la zona lumbar. Boca abajo, no se debería poner ninguna almohada, ya que crearía una tensión en nuestra espalda.
Eso sí, al dormir de lado lo que sí podemos hacer es colocar una almohada entre las rodillas. Esto ya lo hace mucha gente por comodidad o por alguna manía, pero en este caso evitamos que la parte superior de la pierna desalinee la columna reduciendo de esta forma la tensión en las zonas de la cadera y lumbar. También puede ser de gran ayuda a la hora de descansar, colocar almohadas entre los espacios que hay entre nuestro cuerpo y el colchón.
En este sentido, las sugerencias que vienen dadas por los expertos, lo que buscan es corregir esos vicios que se recogen durante el tiempo y adoptar unos buenos hábitos saludables. Algunos vicios serían: inclinación excesiva de la nuca para intentar dormir, situarse boca abajo para intentar conciliar el sueño o apoyar los brazos debajo de la cabeza durante las noches, lo que hace es perjudicar la circulación de la sangre.
En definitiva, la almohada tiene un uso específico aparte de la comodidad que puede generar. La compra de una almohada que se adapte a las necesidades de cada uno puede servir para poder mejorar en los aspectos posturales, que a la larga pueden ser muy perjudiciales.